EL COVID NECESITA UNA MAYOR “VIGILANCIA GENOMICA”
Como sabemos, el COVID, no respeta fronteras. Son muy pocos los lugares en el mundo decretados como zona libre de coronavirus. Para finales de marzo, se hablaba de 19 países que no han reportados casos. La mayoría de ellos islas pequeñas como Tonga en el Pacífico y otras naciones como Corea del Norte, que están aisladas por la naturaleza de su régimen. Lo cierto es que el resto del planeta ha sufrido en mayor o menor escala los embates de esta pandemia.
En estos momentos, las jornadas de vacunación proliferan en países como Estados Unidos, Inglaterra, Israel y Los Emiratos Árabes Unidos, solo para citar algunos, pero aún no es suficiente.
El caso de Latinoamérica preocupa sobremanera a las autoridades científicas, que han solicitado fortalecer la “Vigilancia Genómica” en la región. ¿Qué significa esto?
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la vigilancia genómica, es un proceso científico que monitorea los cambios que se producen en los virus. Seguramente ya habrá escuchado esa frase que genera preocupación: “El virus está mutando”. Y es así; los virus, incluyendo el del COVID, pueden cambiar constantemente, dando lugar a la aparición de nuevas variantes con características distintas.
El rastreo de los cambios del virus es esencial para poder generar estrategias en la evaluación de vacunas efectivas. Para que tengan un ejemplo mas claro, es lo que sucede con la Influenza. Gracias a la vigilancia genómica, es posible que cada año se modifique la vacuna para atacar las mutaciones que ocurren con el llamado Flu.
¿Por qué Latinoamérica necesita más vigilancia?
Bien sabemos que Brasil vive uno de los peores momentos de la pandemia. El Gigante del Sur tiene un creciente número de casos y muertes, atribuidos a una variante COVID. La zona cero al parecer es Manaos. La multiplicación de los casos en Venezuela y su complicación sanitaria, pareciera tener relación con esta cepa.
La variante del Brasil es una de las mutaciones que ha generado atención y preocupación, por parte de la comunidad científica. Vale recordar que estas son:
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La variante del Reino Unido.
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La variante de Sudáfrica.
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La variante de Brasil.
En un reportaje de la BBC, se mencionó la opinión de Zulma Cucunubá, especialista en enfermedades infeccionas y salud pública del Imperial College de Londres. Ella aseguró a través de cuenta de twitter que América Latina necesita una vigilancia genómica más fuerte. El desconocimiento de lo que sucede en la región, podría tener complicaciones globales.
Durante la última semana de marzo, hubo una rueda de prensa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la que se mencionó el apoyo para la región a fin de fortalecer la capacidad de vigilancia del virus. Brasil sería una de las prioridades.
Sin embargo, ese proceso todavía está en inicios, o por lo menos así lo revela las bases de datos. Una de ellas es la del GISAID. Se trata de una organización que promueve el intercambio rápido de datos de todos los virus de la influenza y el coronavirus. Esto incluye secuencia genética y datos clínicos y epidemiológicos. Ellos son de suma importancia, porque les permite a los investigadores entender cómo los virus evolucionan y se propagan. Como decíamos, esto es vital para generar respuestas y, sobre todo: inmunización efectiva a través de las vacunas.
El GISAD ya ha registrado mas de 900.000 secuencias. En el caso de Latinoamérica, solo se han enviado 14.000 datos (incluyendo la variante brasileña) El detalle está en que pueden estar gestándose nuevas cepas de COVID a raíz de la que se generó en Manaos, y aún no se sabe. Esa vigilancia, es parte fundamental para terminar de librar esta batalla.
Ya tenemos vacunas, pero no en todas las regiones se aplican con la misma rapidez. Latinoamérica, no solo está sufriendo los embates de la cepa del Brasil, También tiene carencia es las jornadas de vacunación. Chile, acaba de volver a cerrar fronteras. En Venezuela, la situación política, económica y sanitaria se ha unido al grave problema de la proliferación del COVID. Muchos aseguran que la variante brasileña puede haber mutado en el país.
El desconocimiento de esos datos, sobre el comportamiento del virus, podría generar más retraso en la tan ansiada, inmunidad de rebaño. En mi país tenemos un refrán popular que habla del “cuero seco”. Cuando lo pisas por un lado se levanta por otro. Así pareciera estar el COVID, aunque se ha hecho todo el esfuerzo por solventar la problemática, todavía estamos lejos de un final feliz. Pero lo que, si es cierto, es que la luz al final de este oscuro túnel está brillando cada vez con más fuerza. Entre tanto, paciencia, prudencia y a seguir cuidándonos, incluso si nos hemos vacunados. Es parte de nuestra responsabilidad colectiva.